Descubre qué es el juego desestructurado y lo que puede aportar a la infancia a partir de una experiencia real, jugada y disfrutada donde las imágenes procuran contar por sí solas la esencia del juego infantil con este material en las manos.
Si alguna vez te has parado a observar a un niño jugar te habrás dado cuenta que cualquier niño encuentra juego en aquellos objetos más irrisorios que te puedas imaginar y que con ellos el niño desarrolla juegos ricos y diversos. Su necesidad innata de jugar y su capacidad de imaginar hacen del objeto el elemento perfecto donde volcar toda esa creatividad que llevan dentro.
Si te paras a pensar te habrás dado cuenta que generalmente este tipo de objetos no tienen sonido ni luces, no se mueven solos y no siempre tienen una forma que relaciona una función concreta. Tampoco llevan normas ni instrucciones. Sino que suelen ser piedras, palos, tapones, cajas de cartón, juguetes específicos, … A este tipo de material se les llama desestructurados o no estructurados: materiales que son una cosa pero pueden ser otras múltiples, que le permitan al niño jugar de muchas maneras sólo o en compañía, que sea él (o el grupo de niños) el que marque el juego y sus reglas y que favorezca a desarrollar todo su potencial, como diría Francesco Tonucci.
Pero muchas veces no valoramos, por lo que no somos conscientes, del valor que tiene este tipo de material de juego en la infancia. Quizás porque no nos paramos a observar o porque desconocemos todo el valor lúdico y pedagógico que contienen.
Así que me he propuesto acercarte este tipo de material jugando, disfrutando y experimentándolo para que puedas ver gráficamente mucho de lo que puede generar. Y me he apoyado para ello en un juguete desestructurado muy completo con el cual poder enriquecer aún más el juego: la gran pirámide de bloques de madera, que gracias a Jugar i Jugar hemos podido manipular y sacar gran parte de su esencia.
La gran pirámide consta de bloques de madera modulares de diferentes largos, teñidos con tintes naturales con una gama de color que ya de por sí sola da mucho juego. Viene con una base de madera natural donde poder colocar los bloques a modo de continente y comenzar a explorar…
¿Qué valor aportan los juguetes desestructurados en la infancia?
Los juegos desestructurados les ayudan a los niños a desarrollar sus capacidades de una forma natural, respetando su necesidad vital de explorar y jugar según su etapa evolutiva. Yo diría que ayudan al niño a crecer paso a paso y a su antojo.
Resguardando su capacidad de asombro tan necesaria para su aprendizaje y estimulando su mirada, tanto en la belleza de lo simple como en la diversidad de detalles y posibilidades. Y esto se refleja desde el primer contacto, cuando su curiosidad estira la mano para palpar disfrutando de su tacto y de su aroma a naturaleza. Descubriendo en sus formas simples «la nada» o «el todo», haciendo de ellas un estímulo que les lleva a explorar.
Tocarlos, juntarlos, alinearlos, construir, desmontar… Su forma simple no dirige el juego del niño sino que le inspira y es el propio niño quien decide qué representa en su juego esa forma.
Surgiendo, en un primer momento, un juego desordenado (quizás para nuestro parecer), donde el niño explora el material, lo reconoce y lo siente. Entra en relación con él entendiéndolo y poco a poco estructurando el camino… Dando sentido a su propio juego.
Generalmente la forma sugiere, en un primer momento, explorar el apilado y en este sentido pueden encontrar múltiples maneras de hacerlo. Su modularidad ofrece versatilidad y campos más complejos a explorar. Es lo que nos ocurrió en casa donde el inicio fue un apilado vertical u horizontal y con los días se fue convirtiendo en un juego de construcción mucho más complejo y rico: cada pieza ya tenía características propias tanto en color, peso y tamaño.
De esta manera el juego evoluciona, como si de un proceso creativo se tratara, donde de múltiples ideas pasa a concretarse en una y profundizar en ella. Es cuando el niño entra en su mundo y se deja llevar por sus instintos, sus necesidades internas… Es cuando el niño busca sus soluciones y las resuelve manipulando el material hasta encontrar su resultado deseado.
Este tipo de material es tan simple que convive perfectamente con cualquier otro tipo de material, enriqueciendo el juego del niño. Como en nuestro caso que llevó a la construcción de una escuela con sus espacios y sus personajes. Un juego simbólico lógico que mi hija necesita experimentar (es su primer año de infantil) para asimilarlo, hacerlo suyo y entenderlo.
O se reinventa con nuevos materiales que hacen que las piezas altas sean de repente gigantes que cuidan de los pequeños del poblado mientras el fuego les calienta, pequeños que van en barca, autobuses que se aparcan muy bien alineados o se transforman en castillos.
Pero también les ayuda a introducir conceptos matemáticos por medio del juego: ha aprendido indirectamente que los diferentes tamaños modulares pueden combinarse entre sí para crear tamaños semejantes o diferentes (sumando o dividiendo partes) así como la diferencia de pesos y de color; aprendiendo a asociar, discriminar, relacionar y clasificar característica.
Así esta gran pirámide de bloques nos ofrece la posibilidad de ir «amasando» experiencias a fuego lento, sin prisas, y acompañando al niño en su desarrollo durante muchos años tanto por su alta calidad como por su versatilidad de juego. Haciendo de cada etapa un momento especial de encuentro: del niño con el juguete como del juguete con la familia/escuela.
Ofreciendo recursos múltiples que cada uno sabrá encontrar según su manera de hacer, de mirar e interactuar. Haciendo del material desestructurado un elemento indispensable, a la par que el resto de juguetes para crecer, dentro de la infancia de nuestros niños.
Así, que si en algún momento te has cuestionado o te cuestionas si este juego le enriquece o si valen la pena estos materiales y apostar por este tipo de juguetes que a nosotros no nos dice nada y que muchas veces su valor nos para… Te sugiero que vuelvas a este lugar y remires lo expuesto… Porque esto es sólo una pequeña muestra del potencial que este tipo de juguetes puede ofrecer.
Espero que te haya resultado interesante, te haya estimulado la mirada quizás y hayas descubierto un juguete desestructurado que es realmente una delicia.
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5 comentarios
uau qué pasada!!! había visto este juego antes, pero así en «acción» nunca y la verdad es que es espectacular! Lo quierooooo….
La verdad es que es mucho más de lo que he podido reflejar en las fotos porque también es calma, concentración, suavidad, reflexión, destreza… Podría decirte que había momentos en que no me veía con la moral de hacer fotos para respetar el silencio, el espacio y la emoción lúdica que había en el espacio de juego…
Y creo que tiene muchos secretos aún pordescubrirnos!! un abrazo grande!