Cada día puede tener algo por el cual recordarlo y disfrutarlo con nuestros hijos. Si estas esperando que eso suceda, HOY puede ser un gran día, y los siguientes también. ¡Sólo depende de uno!
Ya sé que el día a día hace que no podamos llegar a hacer todo lo que realmente quisiéramos hacer. Las obligaciones son muchas durante todo el día, estamos cansados y sí, hay veces que lo único que queremos es que se acabe el día para descansar o hacer aquello que como adulto queramos hacer. A mí también me pasa y muchas veces. Pero cuando me acuesto y pienso en el transcurso del día, y veo que ese día ha sido un día más, un día cualquiera sin nada que recordar: me entristece y me reto a cambiar. Tampoco hace falta que cada día sea Carnaval, pero sí que podemos intentar, con pequeños detalles, que sea un poquito más único; sin desvivirnos y anularnos como personas enfocándonos solo en la crianza. Esto, por experiencia, no es bueno para nadie!. Sino aportando pequeñas dosis diarias de «juego» que hagan de ese momento, un momento único y de calidad.
En la primera infancia, la mejor manera de buscar momentos de encuentros con los hijos, es por medio del juego y las experiencias que vivamos juntos. Para ello, cada uno ha de buscar sus métodos y adecuarlos según sus gustos. Pero para pensar en el día a día en cambiar la actitud y recordarnos la importancia del juego y de experimentar momentos mágicos con nuestros hijos y con nosotros mismos, te planteo 5 estímulos, a modo de frases, en las que pensar y reflexionar. Frases en las que me apoyo cuando las fuerzas bajan, las obligaciones me nublan o la paciencia se agota y me ayudan a evaluar y afrontar el momento de otra manera:
- Cada momento que vivas con tus hijos serán únicos e irrepetibles. Piensa que dentro de unos años ya no nos buscarán para jugar y pasar un rato juntos como lo hacen hoy. ¡Vive el AHORA!
- La alegría y la energía cambia a lo largo de la vida. Cuando los niños son pequeños son pura energía y alegría y esto se contagia. Déjate llevar y llénate de ella, más adelante quizás no tengas esta fuente de energía tan accesible.
- Son el despertador de nuestro niño interior. ¿Has llegado a verte cuando estas con ellos? ¿Has visto las cosas que puedes llegar a hacer, decir, compartir y afrontar? Los niños nos quitan la vergüenza, nos despojan de los estereotipos y nos ofrecen conocer ese niño que llevamos dentro, sin criticarnos ni juzgarnos; nos dejan ser quien realmente somos y conocernos. ¡Aprovecha esta oportunidad para liberarte y experimentar con tu interior!
- Cada experiencia que viváis juntos será la mejor herencia que le dejes y mejor que sea contigo! Cada persona somos cúmulos de vivencias y, las de la primera infancia, son las bases para disfrutar y afrontar las siguientes que se encontrarán a lo largo de su camino. ¡Un momento fundamental para sembrar!
- Los vínculos afectivos padres-hijos se construyen desde la infancia. Aprovechemos pequeños momentos para demostrar nuestro amor e interés por sus gustos, aficiones y sobre todo, por ellos mismos. El que nos vean volcados hacia ellos generará confianza, seguridad y felicidad. Fundamental para un crecimiento sano y compartido.
Quizás no pueda dedicarles mucho tiempo cada día pero se que si la entrega la hago consciente y activa, estaré sembrando frutos que se recogerán en el futuro.
Ya ves, no he inventado la pólvora pero…¡Espero que te sirvan y te estimulen para saborear el día un poco más!
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2 comentarios
No es el invento de la pólvora, pero viene genial recordarlo cada día.Yo trato cada día de reírme mucho con mi hijo y jugar con él y, si es así, ese día ha merecido la pena. Creo que él pensará lo mismo. Es verdad que sacan nuestro niño interior y nos enseñan a emocionarnos de cosas tontas y pequeñas, pero ahí está la gracia. Un post para releer de vez en cuando.
Gracias Y, además, mamá! Los niños son una caja de sabiduría. Esa de la que no está en los libros sino que está en la vida, en esa vida pura e inocente. Tienen mucho que enseñarnos! Y si con lo que hacéis juntos, aunque sea muy poquito tiempo, ya genera una sonrisa, un abrazo, un beso… ese día ya valió la pena para los dos. Nuestros recuerdos están basados en las emociones así que, quizás hoy no te lo diga o no te lo sepa decir, pero mañana, cuando ya sea muuuy grande, verá en su interior montoncitos de buenos momentos que le ayudarán a buscar su camino.