Soy de las que pienso que el entorno nos regala cosas maravillosas cada día si prestamos un poco de atención. Estamos rodeados de detalles, olores, colores, texturas… a la espera de ser descubiertos. Lo bueno es que sólo depende de nosotros el descubrirlos…
Hace poco leí una frase que resume muy bien lo que pienso desde hace mucho tiempo sobre este tema tanto para niños como para adultos:
» Debemos educar a nuestros ojos a no ver las cosas tal y como se nos presentan, sino a buscarles un enfoque que le dé ese punto creativo y motivador» Bea de Con Botas de Agua.
Así lo creo. Y no solamente a ver las cosas de manera creativa sino también a VER: descubriendo en el entorno maravillas que pasan desapercibidas. Ver viendo más allá de lo que vemos, sacándole el jugo a nuestros ojos. Como si fuéramos haciendo fotos de aquello que nos gusta…
Y este espíritu de «explorador de detalles» es lo que intento transmitir a mis hijos. Porque la mirada se educa y se entrena igual que se educan otras facultades, y porque la mirada encierra habilidades y actitudes importantes para sus vidas:
- Maravillarse con poco,
- Mirar en positivo,
- Valorar lo que tienen a su alrededor,
- Estimular los sentidos y sentimientos,
- Despertar la curiosidad,
- Practicar la paciencia y la observación,
- Evidenciar la capacidad de asombro,
- Ver las cosas desde diferentes puntos de vista,
- Fomenta la sensibilidad estética,
- Activa la creatividad y la mantiene en funcionamiento,
- Ayuda a estar pendiente del entorno y empatizar con él.
Razones suficientes para estimularlos en la búsqueda de detalles, verdad?
Pero… ¿Cómo educar la mirada en un niño?
Al observar a tus hijos te habrás dado cuenta que son muy observadores, que tienen una capacidad de asombro espectacular y que ya llevan de serie esa mirada exploradora que estamos hablando. Unos más que otros, por supuesto, y unos más que otros también la van dejando por el camino con el paso de los años.
Para mantener y estimular esta actividad innata del asombro es importante ofrecerles actividades lúdicas que le motiven, orientadas a prestar atención en aquello que tienen cerca, a observar y experimentar con el entorno. En cualquier lado hay cosas que descubrir pero, desde luego, el rey de los tesoros escondidos es la naturaleza. Se me ocurren varias actividades pero hace poco realizamos una que a mis hijos y a sus amigos les encantó:
Se trata de plantearles un simple reto: descubrir en el entorno elementos naturales con unos colores característicos. Es una actividad muy sencilla de preparar y de realizar por los niños. Solo te hará falta lo siguiente:
- Cartulinas/hojas de colores
- Cinta adhesiva de doble cara
- Soporte un tanto rígido: cartón, carpeta, cartulina…
Corta trocitos de cartulinas de colores según los colores que puedan llegar a encontrar en el entorno. No subestimes su imaginación y proponles colores difíciles también… Te sorprenderán! Dispón los trocitos de colores haciendo una columna sobre el soporte que hayas elegido. Justo al lado de cada color pega trozos largos de cinta doble cara que será donde podrán ir enganchando las cosas que encuentren. ¡Y ya está!
Acompáñalos y otorgarles la libertad para poder moverse y descubrir por su cuenta e interés la cantidad de colores, texturas y olores que esconde la naturaleza. Pero siempre respetando el entorno. Nuestras normas fueron:
- No cortar ni dañar ningún ser vivo.
- Todo lo que vaya al soporte han de ser cosas que estén sueltas, ya caídas.
- Si encontraban algo y no se podía cortar o coger, entonces se podía dibujar y pegar en el soporte.
- Todo debía ser natural.
Con estas premisas salieron los exploradores a la aventura y colaborando entre ellos fueron recopilando un montón de elementos; recordándose las normas cuando la tentación aparecía, dividiéndose los trabajos (el responsable del panel, los que buscaban, los que dibujaban, los que miraban a qué color se asemejaba más el objeto…), y sobre todo descubriendo cosas, colores y texturas que pasaban generalmente desapercibidos para ellos.
Como teníamos un grupo de niños de corta edad, preparé también un panel con menos colores para que pudieran disfrutar de la exploración. Como siempre y en cada juego, ¡es importante adaptarlo a la edad y necesidades de los niños! Así se centran en unos objetivos reales y la frustración en este sentido no distrae del objetivo final de la actividad que es el de observar, explorar para llenar el soporte de colores!
El resultado final ya lo has visto; fue un muy buen trabajo de equipo, una experiencia enriquecedora para todos, unos hallazgos magníficos y variopintos y un panel llenos de color que expusimos en la calle para que familiares y viandantes disfrutaran también de los detalles de la naturaleza. Al acabar de esta forma, valoramos aún más el gran trabajo realizado y a los niños le damos la oportunidad de expresar orgullosos lo encontrado y explicar las aventuras vividas.
Y sin haberse dado cuenta han estado entrenando su mirada y nosotros la nuestra también… ¿qué te parece el educar la mirada de los niños? ¿te lo habías planteado alguna vez?
8 comentarios
Me gusta mucho tu estilo educativo; tenemos mucho en común :))
Quería hoy darte la enhorabuena por el trabajo que haces en el blog (con tu familia ya te la darán tus hijos) A veces se necesita que otros te lo diga, aunque tú ya lo sepas. Sigue así. Se puede conocer mucho de ti leyéndote. Un abrazo!
Se me ha puesto la piel de gallina al leerte. GRACIAS! En este mundo 2.0 hay muchos momentos de soledad, más en los inicios que son muy duros; así que leer tus líneas me ha dado ese empujoncito en la espalda que viene muy bien en estos andares. Es todo un honor! Y me gusta saber que se me puede conocer a través de lo que escribo, de eso se trata, no? Me encantaría que al leer mis post te sintieras como tomando un café con una amiga. Relajada y disfrutando de tantos puntos en común que tenemos! ¿Sólo o con azúcar? 😉
Lo sé compañera, por mi experiencia pensé que te apetecerían unas palabras de apoyo. Se ve el trabajo que hay en este post y tus deseos de compartir algo que os funciona como madre. Como madre y bloguera no podía por menos que darte las gracias por elegir esta forma de hacer las cosas y darte mi enhorabuena! Al talento hay que mimarle :))
Me apetece enormemente este apoyo. Desde luego que sabes de lo que hablas. Supongo que todos pasamos por ésto en los inicios. Y no tengo más que repetirte: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS. Seguiré, hormiguita, pasito a pasito. Un abrazo muuuy grande 😉
Me parece una propuesta maravillosa y muy colorida, un recurso magnífico para las tardes de verano que tenemos por delante! Y me sumo a la felicitación de Mamá qué sabe, un post muy bonito, y un blog lleno de inspiración y cariño. Felicidades y a seguir adelante!
Gracias Ángela. Un gustazo leer ésto viniendo de ti también!! Espero que probéis la actividad porque, realmente, los niños se lo pasan muy, muy bien. Da gusto verlos y ver lo que descubren! Si haces fotos y te apetece compartirlas, estaré encantada de verlas!!
Un Abrazo!
excelente trabajo y muy participativo
Me alegro que te guste Magali,
Un abrazo grande.
Yessica