Los niños tienen esa magia innata de querer pasárselo bien estén donde estén. No les hace falta mucho para ponerse a jugar con lo que encuentren a su alrededor. Son tan creativos, si los dejamos, que con cualquier elemento son capaces de imaginar mil historias y divertirse con ello.
Y es que deberíamos aprender más de ellos, dejar de auto exigirnos e improvisar con lo que tengamos, sin necesidad de tener la obligación de cargar con todo para que el momento sea divertido y especial. Y, ¿qué quiero decir con esto? pues:
«Haz lo que puedas, con lo que tengas, estés donde estés». Theodore Roosenvelt
Tal cual. Como hacen ellos. Si los niños son capaces de improvisar con lo que se encuentran en cualquier lugar donde van, nosotros podemos hacer lo mismo y dejarnos llevar, tanto por ellos, los niños, como por nosotros mismos y disfrutar del momento. Intentar que las cosas sean más fáciles, despojarnos de necesidades impuestas y vergüenzas, y encontrar en las cosas que tenemos a nuestro alrededor la magia que ellos encuentran pero con nuestra propia mirada. Descubrir los detalles y descubrirnos disfrutando de nuestro juego y de su juego también. Que puede ser compartido o individual. Será una fuente de enriquecimiento mutuo.
Las vacaciones es un momento perfecto para llevarlo a la práctica ya que disponemos de más tiempo, no vamos tan extresados y, lo más seguro, no estemos en nuestra zona de confort que es nuestra casa; por lo que tendremos que utilizar la imaginación y sacarle partido al entorno. Observa a tus hijos y si quieres, reflexiona sobre lo que ves o… simplemente sumérgete en su mundo y disfruta los recursos y circunstancias que se te ofrecen. Así que este verano practica el:
«Disfruta el momento y déjate llevar como un niño. Te sorprenderán y te sorprenderás». Rejuega
{Por si te interesa saber más sobre: Theodore Roosenvelt}
