La música ha de ser algo habitual en toda casa con o sin niños, pero las que tienen niños con más razón porque los pequeños han de conocer la belleza de los sonidos que generan los instrumentos. La «panera de la música» es un recurso maravilloso para despertar los sentidos y las emociones, pasando un momento en familia muy divertido.
Vivimos con música y hemos crecido con música. Y muchos momentos los conocemos por la música. Ella es un alimento para el alma que todos deberíamos saborear, y si es desde bien pequeños, mejor que mejor.
En mi casa la música ha estado muy presente desde que eran bebés por dos simples razones. Una es porque nos encanta la música, cantar y bailar con ella. Segundo porque hemos experimentado muchos de los beneficios de la música que otorga a quién la escucha y disfruta por lo que queríamos eso también para nuestros hijos.
Desde bien pequeños han estado rodeados de instrumentos musicales adecuados a su edad, otros creados improvisadamente y otros traídos de viajes. La cuestión era que los tuvieran a mano para poder acceder a ellos siempre que lo quisieran y que la hora lo permitiera. Así creamos «la panera de la música» donde desde pequeños podían experimentar con los diferentes sonidos, con la causa y efecto, con los materiales y texturas…
Comenzó siendo algo muy básico formado por instrumentos con cascabeles, maracas y un xilofón que sonaba de maravilla. Porque algo hay que tener bien claro que si quieres que tu hijo descubra los sonidos, la belleza de los sonidos, busca instrumentos de calidad que le permitan sentirlo. Yo creo que así le regalaras el conocer y sentir la magia de la música. Nosotros nos recorrimos media ciudad para comprar, en el primer aniversario del mayor, un xilofón que sonara como tenía que sonar y no soy experta en el tema pero te aseguro que la diferencia se notaba.
Conforme fueron creciendo, los instrumentos en la panera iban aumentando y adecuándose a sus posibilidades. Y con ellos la manera de jugar fue cambiando. Del momento manipulativo de la etapa bebé, pasamos al compositivo sin sentido, a la interpretación musical y teatral, al baile espontáneo, a fiestas improvisadas caseras, … y ahora, uno de mis hijos está interesado en tratar con mimo la guitarra y aprender a tocarla.
Pero durante todo este tiempo la música nos ha dado la oportunidad de unirnos, de conocernos, de respetarnos, de empatizar, de dejarnos llevar, de movernos libremente en familia, de bailes desenfrenados, de risas y más risas, …
Esta frase sobre la música ejemplifica muy bien todo esto que hemos sentido, experimentado y compartido juntos:
Así que no falte nunca una panera de la música en casa (y en la escuela!!), una caja de las canciones, padres cantando, padres bailando y, por qué no: padres interpretando música. Todo lo que sea necesaria para transmitir la belleza y emoción que la música ofrece a quien la escucha, y mucho más si se escucha, crea e improvisa en familia.
¿Te apuntas a sorprender a tus hijos esta tarde con una panera de la música, si es que no la tienes ya, y dejaros llevar?. Estoy segura que será una experiencia compartida que se acordarán durante mucho tiempo y tú también!
*** Y ya sabes, me encantan tus comentarios así que expresa lo que sientes!! ***
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2 comentarios
nosotros tenemos también una caja de la música. Antes teníamos todos los juguetes en una sola caja pero los fui separando y dejé una caja de la música bien a mano. Además en casa y en el coche siempre hay música…se puede decir que cantamos (o desafinamos) mucho en casa…y no falta el sábado que nos ponemos a bailar de buena mañana 🙂
Eso sí que es vivir la música! Cantar, bailar, tocar instrumentos, improvisar, desafinar, volver a bailar, escuchar!! Me alegro mucho! Estoy segura que sois una familia con una sonrisa en la cara porque dicen que, a parte de desestresar el cuerpo provoca un estado anímico de alegría!! A disfrutar bailando!!