Los niños son capaces de realizar todo lo que se propongan y el darse cuenta de esto hace que el niño adquiera varias capacidades como la confianza y la autonomía. Un regalo final de curso puede ser una actividad motivadora para poner en práctica todo lo que saben y ejercitar la creatividad.
Muchas veces los niños nos sorprenden pero hay algunas veces que te llega muy hondo. A mí, hace muy poco, mi hijo mayor me demostró una vez más pero de una manera especial, que es capaz de hacer todo aquello que piensa, que tiene capacidad para desarrollar su propia idea y buscar aquello que necesita para hacerlo. Que si le demostramos confianza, le damos tiempo y espacio es capaz de exprimir su creatividad y hacer de la nada un todo con mucho significado.
Y esto es lo que me ha pasado a partir de una propuesta que trajo del cole: realizar un regalo, un «amigo invisible», a un compañero de la clase. Y le pasó como suele pasar cuando la creatividad se pone a funcionar: piensas la idea por la noche y al despertar dices: «¡ya lo tengo!». Y dicho y hecho, lo hizo!
Sin darse cuenta puso en marcha eso que tanto hemos practicado en casa jugando: los 8 pasos para entrenar la creatividad y resolvió el reto con un resultado espectacular, desde mi punto de vista. Porque en este tipo de trabajo el resultado final no tiene que ser de Pinterest, no tiene por qué ser valorado por su cualidad estética que muchas veces nos delata, sino este tipo de procesos tienen que ser valorados por el esfuerzo puesto en la realización, en la originalidad de la idea y la resolución de problemas a lo largo del proceso.
Y a mí me ha dado una lección:
¡Los niños, si confían en sí mismo y creen en su capacidad creativa, son capaces de hacer cualquier cosa!
Por eso hoy comparto esta idea que trajo mi hijo del cole y que me pidió que la compartiera contigo, porque creemos que puede ser una actividad muy inspiradora para tus niños y que se puede empezar a realizar desde los 3 años! Y no hace falta que sea entre compañeros de cole sino que puede ser entre su grupo de amigos más cercanos como manera diferente de cerrar un momento de sus vidas, despedirse durante esta temporada de vacaciones o simplemente el compartir algo hecho a mano pensando en el otro.
Porque en realidad lo que encierra esta actividad es mucho más que un regalo, es:
- Fomentar la amistad,
- Fomentar la empatía,
- Estimular la creatividad,
- Fomentar la sostenibilidad,
- Fomentar el consumo responsable al plantear la idea que los regalos no tienen por qué ser comprados para que sean valiosos,
- Fomentar el valor de las cosas hechas por uno mismo,
- Fomentar el creer en la capacidad creativa de uno mismo.
Cómo hacer un regalo fin de curso para un amigo estimulando la creatividad de los niños.
Es tan sencillo como proponérselo y que lo proponga entre su grupo de amigos u organizarlo entre los padres del grupo de amigo para que lo hagan.
Pero si quieres fomentar la creatividad de una forma más metodológica, es tan simple como aplicar los 8 pasos de la creatividad que a mí me encanta seguir pero en realidad no hay que imponer, porque si te fijas los niños ya lo realizan solos, por lo que el adulto puede acompañar:
- Plantear un reto. En este caso, realizar un regalo entre un grupo de amigos sin que los otros sepan quien regala, tipo «amigo invisible», teniendo en cuenta unas pautas para realizarlo:
- Que no sea comprado
- Que no sea un dibujo
- Que esté hecho íntegramente por el propio niño
- Que esté pensado para el niño que se vaya a regalar
- Plantear la idea. A partir del reto planteado el niño ha de comenzar a pensar en el regalo que le gustaría hacer para su amigo y en este momento es una buena idea hacer lista de posibles ideas de regalo, hacer dibujos de cómo serían, etc. Y escoger la idea que le guste más y se identifique más con el niño a regalar.
- Buscar materiales. A partir de la idea que surja dejemos que los niños piensen y busquen los materiales que pueden utilizar para la idea que tienen en mente.
- Desarrollar la idea. Una vez tengan clara la idea, pasarían a desarrollarla con los materiales que finalmente han escogido.
- Probar y corregir. Seguramente cuando empiecen tendrán que probar y a veces no saldrá bien y tendrán que volver a empezar. Acompañemos en el error de manera positiva, como si fuera otra manera más de aprendizaje.
- Concretar la idea. Encontrar el camino final para realizarla y concretar la idea que se ha pensado.
- Evaluar el resultado. Para mí en este punto ha de ser el propio niño que realiza el regalo quien nos explique qué y cómo lo ha hecho y nosotros podemos acompañarlo dándole pista sobre alguna idea a agregar, si lo creemos oportuno. Pero siempre procurando que las ideas surjan del propio niño.
- Celebrar el objetivo alcanzado. Una vez acabado, podemos celebrar en casa el buen trabajo realizado (recuerda que no evaluamos ni juzgamos) y esperar al momento de la entrega para ver la reacción del otro niño y comentarla, si surge, conjuntamente!!
Y ya está!! Una idea muy sencilla pero, te aseguro que será una experiencia muy gratificante para los niños!! Te puedo asegurar que a mi hijo le sirvió para darse cuenta de que:
- Es capaz de crear cosas maravillosas con sus propias manos y que esas cosas maravillosas pueden ser sus propios juguetes.
- Que en su entorno puede encontrar recursos y materiales para realizarlo sin necesidad de tener que gastar dinero.
- Que una buena idea no siempre necesita de muchas cosas: ¡Menos es Más!
- Que utilizando su imaginación y creatividad puede realizar todo lo que se le pase por la cabeza.
- Que las cosas que hacemos con nuestras manos tienen un doble valor: la función propia del objeto realizado y el valor de haberlo hecho uno mismo.
- Que es muy sencillo hacer feliz a los demás con cosas muy simples!
Y con esto, ¿Qué más se le puede pedir a una actividad? ¿Te animas a proponerla en casa o en clase?
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2 comentarios
me encantó el tema, es fascinante como nos gusta a los adultos las cosas de los niños…me decía un padre en uno mis cursos de creatividad para padres. Creatividad EDUPARENTAL ®
Así que les felicito y si se animan nos ayudamos.
Un abrazo creativo,
Antonio Basauri P
Chile
Gracias Antonio por pasarte por aquí y dejarnos estas palabras!! La creatividad se puede aplicar en todos los campos de nuestra vida y que debería de ser un hábito consolidado desde bien pequeño. Por eso, proponer sencillos retos, que estimulen al niño y tengan un significado para él, es un ejercicio perfecto para estimularla e integrarla en nuestra forma de ser desde pequeños. Y sí, a los adultos nos apasiona las cosas de los niños pero a mí lo que más me apasiona es observarlos. Se puede aprender tantas cosas de ellos…
Y cualquier cosa que te ronde por la cabeza, proponla!! Todo es bienvenido!
Un abrazo!!