Hola! Soy Yessica Clemente

Tu interruptor de emociones, reflexiones y recuerdos que despiertan tu mundo interior; conectándote con la magia que llevas dentro para educar como quieres a la infancia que acompañas.

Déjame que te cuente...

No, entre tú y yo, no hay mucha diferencia; quizás solo te llevo unos años más de observación, reflexión y conexión, y quiero contarte cómo pasó porque si yo pude, tú también…

El juego como lenguaje

Rejuega nace de mi propio despertar como madre, del cambio interior que comenzó sobre el 2008 cuando mi hijo mayor era muy pequeño.

Al observar cómo crecía él, y observar cómo reaccionaba yo, empecé a ver que había algo ahí que no sintonizaba, que no fluía. Excepto cuando jugábamos: entonces conectábamos y nos entendíamos a través del lenguaje universal: el juego.

El juego como conexión

Empecé a mirar a mi alrededor, y vi que había mucha carencia de juego, del juego auténtico, espontáneo y libre. Así que comencé a investigar sobre el valor del juego: qué significa el juego en la infancia, cómo es ese juego de origen, del asombro y la curiosidad, de lo sencillo y cotidiano, del mojarse, del ensuciarse y tirarse al suelo a jugar.

Volví a conectar con mi propia infancia. Con los fines de semana en el campo, donde todos los sentidos entraban en juego. Y con mi amor por la naturaleza, la creatividad y los motivos por los que había estudiado Bellas Artes.

Me informé y formé sobre el juego y de entre las diferentes formaciones a las que asistí, la que más me marcó, allá por el 2014, fue la de Francesco Tonucci, sobre el valor del juego en la infancia y la desconexión del juego que tiene el adulto.

Esa formación, las experiencias vividas y los años divulgando sobre el valor del juego, me llevaron a darme cuenta de que si no entendemos qué es educar desde la consciencia, la autenticidad y el respeto, el juego seguirá estando infravalorado.

Era necesario despertar al adulto redescubriéndolo en su esencia, reconectándolo con su autenticidad y su magia, llenarle la mirada de curiosidad y asombro para que pudiera sintonizar con cada una de las infancias que acompaña.

Cultivarme, para cultivar

Redescubrir el juego en mi vida me llevó a volver a conectar conmigo misma, y a ver qué importante era cultivarme, para cultivar.

Me motivó a preguntarme: ¿cómo quiero continuar a partir de ahora?

Y ahí fue donde entró en juego la autenticidad, ese reconectar con quien soy, y con la serenidad, ese equilibrio interior donde mente, corazón y cuerpo danzan a la par, para desde ahí, desde ‘mi yo misma’ gestionar y liderar las circunstancias que tengo delante.

Y cuando estás ahí, cultivando tu autenticidad y serenidad, despiertas pudiendo ver, comprender y empatizar con el niño o la niña que tienes delante entendiendo que es una persona única y especial.

Despiertas viéndole, valorándole y acompañándole como la esperanza de lo que puede llegar a ser, descubriéndole todas sus posibilidades.

La educación despierta

Y así empieza una nueva revolución educativa, la educación despierta. Este despertar es un abrir la mente y el corazón a la consciencia, al presente, a ese aquí y ahora tan de moda, aunque lleve siglos practicándose.

Es un darnos cuenta de la belleza de la vida, de valorar a las personas que tenemos a nuestro lado ofreciéndonos en respeto y amor verdadero, es redescubrirnos también como personas que somos y que también necesitamos ser respetadas, cuidadas y amadas.

Es mirar a nuestros hijos e hijas con ojos amorosos de curiosidad y admiración a la vez que nos redescubrimos nosotros y comenzamos un proceso de transformación donde el crecimiento es mutuo.

Es comenzar a vivir conectados a nosotras mismas, a las personas que nos rodean y a la propia naturaleza.

Recordándonos siempre que todo necesita Crecer sin prisas cultivando nuestro propio bosque y respetando el de los demás.

Yessica Clemente

En definitiva, es un crecer sin prisas

Ensoñación

Comencé teniendo el barro entre mis manos desde que tuve uso de consciencia, y cuestionándome el para qué de mi existencia en esta vida…. Sabía que mi misión en el mundo era ayudar a las personas, así que sumé barro + ayudar y surgió Bellas Artes donde me especialicé en diseño Industrial donde disfruté más de una década creando.

Despertar

La siguiente ecuación que sumé fue: maternidad + valores, y de ahí empezó un largo periplo donde los libros sobre juego, creatividad y educación se empezaron a mezclar con formaciones sobre literatura infantil, educación respetuosa, juego libre, juego en la naturaleza, aprendizaje manipulativo, grafismo y movimiento,… para ir afinándolo en facilitadora de Disciplina Positiva y coach experta en PNL (Programación Neuro Lingüistica).

Transmutación

Hoy me defino (porque me lo piden) como acompañante de familias y educadores en su despertar y divulgadora de la educación despierta, sensible y conectada vivida sin prisas y por medio de la reflexión, el juego y el disfrute; creando experiencias que ayuden a las personas a hacer el Click que necesitan.

si tú también quieres conocerte a fondo, te recomiendo mi libro “crecer sin prisas” donde podrás vivir tu propio crecimiento educativo de mi mano.