Los que somos padres, sobre todo, sabemos lo que le gusta jugar a un niño y lo feliz que se le ve cuando disfruta de su juego libremente. Me refiero a ese juego que surge de su propio instinto y curiosidad innata; de su propia iniciativa sin una dirección adulta. No quiere decir que no necesite del adulto sino que lo que necesita del adulto es el apoyo emocional y el acompañamiento para afinar su conocimiento y comprensión del mundo que le rodea.
Los adultos damos por hecho el juego en el niño, a veces sin percatarnos del valor pedagógico que tiene para él. Quizás estas 10 verdades sobre el juego infantil te sorprendan o te hagan entender actitudes que no entendías antes, reflexionar o valorar más los momentos de juegos.
El juego es:
- Un Derecho Universal del niño especificado en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño. El artículo dice que los niños tienen derecho al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. Una obviedad pero que en algunos rincones del planeta no sucede.
- Es la tarea de la infancia. El juego es para el niño su «trabajo» a desarrollar durante la infancia. Comienza desde los primeros meses de vida y es tan importante para ellos como nuestro trabajo lo es para nosotros; o incluso diría que es para ellos mucho más importante, ya que es un estímulo interno, una necesidad que necesita cubrir para sentirse bien y desarrollarse.
- Es su medio para desarrollarse y aprender. Es uno de los pilares fundamentales del desarrollo físico, social, cognitivo y emocional, y donde aprende aptitudes y competencias que le servirán a lo largo de toda su vida. Mediante el juego el niño construye su propia identidad, le ayuda a gestionar sus emociones, aprende a relacionarse con los que le rodean y descubre el mundo reglado. Aprendiendo por medio del juego el niño integra mejor todos los conocimientos.
- Obedece a una motivación interna del niño; por lo que es voluntario: lo elige y controla él, y se basa en la diversión, entretenimiento, incertidumbre, intriga, desafío… Es el propio niño quien decide cuándo comienza y cuándo acaba, y si juega solo o en grupo. Generalmente y dependiendo de la edad, cuando más disfrutan es jugando en grupo con los padres y/o con los amigos ya que parte de su motivación es la de compartir momento de juego.
- Surge en cualquier momento y lugar. La necesidad interior del niño por jugar le lleva a encontrar juego en cualquier lugar y acción que realice. Explorar, observar, conversar, manipular, construir, negociar son maneras de jugar para cubrir esa curiosidad y el deseo de diversión. Te habrás sorprendido ya viéndolo jugar con cosas o lugares que no imaginabas, verdad?
- Es un fin en sí mismo, no tiende a alcanzar un objetivo sino que se juega por el mero hecho de jugar. Por lo que no se valoran los resultados sino que, si se quisiera valorar, se debería valorar el proceso en sí.
- No se basa necesariamente en juguetes. Los niños no necesitan juguetes para realizar la acción de jugar ya que son capaces de crear juegos imaginarios con cualquier objeto cotidiano que tengan a su lado. La realidad es que los juguetes para los niños son herramientas, igual que cualquier objeto que utilice, y le sirven indirectamente para estimular y desarrollar la necesidad que lleva adentro. El juego lo pone en niño, no el juguete. El adulto debería estar atento para facilitarle las herramientas necesarias acorde a su momento evolutivo y sus necesidades.
- No posee reglas externas. Son los propios jugadores los que inventan las reglas o guiones a seguir y cada uno adquiere su rol en esas reglas. Muchas veces los adultos no las entendemos o tendemos a llevarlas a las estipuladas en la sociedad pero en este tipo de juegos deberíamos olvidarnos de los convencionalismos y dejarnos llevar por la imaginación.
- No es literal. El juego infantil es ficticio, imaginario por lo que les permite ir más allá de los límites cotidianos; experimentando situaciones y expresando emociones que no tiene acceso en su vida real. Es su medio para transigir lo estipulado y convertirse en lo que en realidad no son.
- Necesita de un tiempo. Para jugar, igual que para desarrollar cualquier tarea importante, se necesita tiempo. Un tiempo de juego adecuado a la edad y la necesidad del niño y, donde el espacio esté acondicionado para desarrollarlo con seguridad, sin distracciones ni interferencias. Pero a parte, ese tiempo debería de existir en la franja horaria diaria de cada niño. Si tenemos en cuentas los 9 puntos anteriores deberíamos entender que para el buen desarrollo del niño, el niño debe jugar diariamente y para ello, necesita que los adultos le facilitemos ese tiempo, gestionando el tiempo de extraescolares y de contacto con las nuevas tecnologías.
¿Y todo esto de dónde sale? Pues sale de investigar los Derechos Universales del Niño, La primera Infancia en Perspectiva nº9 (publicación editada por Child and Youth Studies Group con el apoyo de la Fundación Bernard van Leer), y la observación e interpretación propia de mi entorno cercano.
¿Te imaginabas todo lo que engloba el juego de los niños? ¿Que opinas del juego infantil?
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6 comentarios
Merecería la pena que muchos padres leyeran este post porque desde mi punto de vista, la sociedad se ha vuelto tan competitiva que muchos padres quieren que sus hijos sean los mejores y les compran juegos para que aprendan rápido a leer y a contar pero se olvidan de que los niños tienen que jugar con aquello que les llame la atención, experimentar y descubrir. A mi me da miedo que solo queramos crear a niños perfectos y competitivos, que lo sepan todo y hablen mil idiomas pero que no tengan sensibilidad, ni sepan compartir y que les falte inteligencia emocional y sentido común.
Como bien dices, déjales jugar!!!!
Tal cual Sonia y gracias por expresar tu opinión! Es cierto que muchos padres creemos (sobre todo con el primer hijo), que hay que enseñarles todo cuanto antes que sino luego no sabrán todo lo que quisiéramos NOSOTROS que supieran. Y no nos paramos a observarlos, a vivirlos poquito a poco y evaluar cuales son las necesidades del propio niño, cuales son sus motivaciones internas… Podemos enseñarles mucho, y esa es parte de nuestra misión como padres; pero creo yo que el tema está en ir enseñándoles según lo que ellos mismos vayan descubriendo, según lo que su interior nos está pidiendo y, enseñarles lo que a ELLOS le interese en la cantidad y al ritmo que les vaya bien. Disfrutando de cada momento, tomándose el tiempo para observar y pensar, para experimentar juntos en todos los sentidos. A veces pienso yo también que todo eso de más que le queremos ofrecer en su beneficio va en parte en su contra de, ya que no solo le quita tiempo de juego sino que también le estamos enseñando la necesidad de la inmediatez (lo has de aprender ya), de saborear poco las cosas (ya que quizás no están preparados para tal acción), de la no creatividad al no dejarles explorar libremente en busca de su propio momento y juego, de darle lo último en tecnología (cuando quizás saquen más provecho, en un inicio, con lo más básico)… No se, se me ocurren muchas cosas más… Estas 10 verdades son realidades que no expongo yo porque sí, sino que muchos expertos lo aseguran y que no está de más releer de vez en cuando porque a los padres se nos olvida el verdadero significado de «JUGAR». Un abrazo grande!
Me ha encantado leer este artículo. Totalmente de acuerdo pero no nos olvidemos que en exceso todo, todo puede ser perjudicial. El equilibrio es lo más importante y difícil de ofrecer y aportar, de aprender también…el divertimiento, y el aprendizaje que reporta, tiene tanta importancia en un niño como el aprendizaje intelectual y social que debe adquirir educativamente. Quiero decir que una cosa no quita la otra. Hay que proporcionar ese tiempo de ocio todos los días a los más pequeños y enseñarles que tiene el mismo valor que aprender y culturizarse.
Gracias Marisa por tu comentario! Yo creo que ambas cosas han de ser complementarias, el tiempo libre y el de casa con el tiempo educativo en un centro. Ambas maneras de educar nutren al niño, lo que pasa, y por eso lo resalto en este post, es que no siempre le brindamos el tiempo suficiente al juego, no lo valoramos como el valor pedagógico que tiene y no lo ponemos en el lugar de importancia que se merece.
Un abrazo!
Todos los papás del mundo deberían conocer y cantar juntos una canción de Noa y Miguel Bosé titulada «La vida es bella». Para mí, una de las canciones más bonitas del mundo que siempre que la escucho me da un brote de energía positiva para seguir viendo una de las grandes bellezas de la vida: ver crecer a mi hijo.
Los papás debemos dejar jugar libremente a los niños y también jugar con ellos. Ellos disfrutan jugando con nosotros y nosotros con ellos. Oír a tu hijo reír a carcajada y preguntarle ¿Porque te ríes tanto? y que te responda: -porque estoy muy contento, estoy feliz. Es llegar a la plenitud absoluta, es como cuando los grandes poetas llegaban a su plenitud poética escribiendo sus mejores poesías.
Como dice Noa en su canción: Nunca dejes de jugar ni de soñar. Nuestra mente es muy poderosa y debemos exprimirla. No dejemos que se vuelva perezosa.
Un abrazo!
Totalmente de acuerdo contigo Judith!! Los niños necesitan de su juego espontáneo y libre, pero de nuestro juego sincero y verdadero, de compartir con nosotros y con sus iguales. Necesitan tener cosas que contar, que experimentar porque será la mejor herencia que le podamos dejar!! Gracias por tus palabras! Y para los que no conecen o recuerdan la canción que mencionas, dejo su enlace para que la puedan escuchar!! «La vida es Bella»