Hay tantas tradiciones navideñas como quieras crear, adaptar y adoptar en tu familia. Lo importantes es que lleguen con un sentido, sean coherentes con tus valores y se instalen para generar conexión, vínculo y disfrute en la familia.
¿Cómo estás? ¿cómo llevas el bombardeo de anuncios y sugerencias del Black o Green Friday? Vaya vorágine que hay ahí fuera…. Yo hoy no quiero sumar ruido, sino que quiero traerte un poco de calma, de presencia y, sobre todo, de consciencia…
Porque en estos días donde la tarjeta pareciera que va a echar humo, quiero volver a lo importante, a lo cotidiano y lo sencillo que muchas veces no paramos a valorarlo.
Hoy, un día antes de Acción de Gracias, esa tradición de origen religioso relacionada con la celebración de las cosechas y que celebran mucho sobre todo en Estados Unidos, quiero compartirte cómo hemos adoptado y adaptado esta tradición en casa. Porque sí, con los años puedes crear, adaptar y adoptar tradiciones que aporten un valor en el catálogo de tradiciones familiares; porque no hay nada de malo en añadir, modelar y crear todo aquello que os aporte conexión y bienestar.
Hace unos años adaptamos y adoptamos la celebración del Día de Acción de Gracias por un lado, porque encontramos en el hecho de reunirnos (aunque seamos nosotros cuatro) y preparar algo especial (aunque sea uno de esos platos poco saludables que no comamos asiduamente), una gran oportunidad para comenzar a festejar desde la calma y los valores, un momento especial del año: la Navidad.
Por otro lado, el hecho de encontrar un día especial para hacer del AGRADECIMIENTO el centro de conversación, es una forma de dar existencia y presencia a un valor importante para nuestra familia. Y compartirlo con el resto de miembros, conversar sobre ello y conservarlo. Porque algunos años hemos escrito lo que agradecíamos y lo hemos guardado en nuestras bolas navideñas personalizadas (que ves en la imagen de arriba).
Y acompañando ese agradecimiento, podemos hablar y darnos cuenta de un par de cosas relevantes a tener en cuenta:
- Lo que verdaderamente agradecemos son momento/acciones cargadas de emoción y conexión positiva, y no tanto lo que hayamos comprado.
- Lo verdaderamente importante está en lo cercano y cotidiano. En la esencia de nuestro día.
¿Y cómo celebramos Acción de Gracias en casa?
Es una tradición que hemos incorporado hace pocos años y que hemos adaptado a nuestras necesidades y realidades.
Y lo hacemos más o menos así:
- Con una cena rica.
- Con una mesa puesta diferente al resto de los días.
- Con velas y ahora con la chimenea encendida.
- Con papeles y lápices para quien lo necesite.
- Con conversaciones sabrosas donde cada cual va pensando y compartiendo lo que agradece de este año y qué se agradece a sí mismo, porque una misma también es importante. Y en cada agradecimiento, seguramente surja la oportunidad de hablar sobre cómo vivimos esos momentos que agradecemos y donde todos podemos comentar y expresar cómo nos sentíamos…
- Y algunas veces guardamos esos agradecimientos en nuestras bolas personalizadas de Navidad. Otras, quedan guardados en nuestros recuerdos…
Como sabes, en las reuniones de familias que solemos hacer, el agradecimiento da comienzo a la reunión, así que por aquí estamos un poco entrenados (aunque a veces cueste), pero si ves que no sale, puedes ayudar a pensar en aquello que les ha hecho feliz, aquello sencillo y mundano que les rodea y no solemos valorar como el calor que sentimos en casa cuando entramos de la calle fría, el poderte dar un baño con calma, ese ratito de cuento antes de dormir que compartimos, esa comida que estáis saboreando….
Hace poco, escuché una frase que me conmovió:
«El agradecimiento es la memoria del corazón» Mar Romera